martes, 12 de julio de 2016

El último rugido de Cecil


Abatido. Rematado. Despellejado. Y decapitado. La secuencia de la muerte de Cecil provocó hace justo un año un gran movimiento de indignación, sobre todo fuera de África. Los leones estaban en todas las portadas y en todos los informativos. El relato era digno de Disney: un dentista estadounidense, en el papel de Cruella de Vil, había asesinado con ensañamiento al Mufasa del siglo XXI. Sin embargo, los problemas complejos, como sucede con la conservación de los grandes mamíferos africanos, encajan mal en simples relatos de buenos y malos.

"Contrariamente a la creencia popular, la caza de trofeos es un pequeño factor en el destino del león africano, una batalla relativamente pequeña en la gran guerra de los leones"

Un año después, muchas cosas han mejorado gracias a aquella indignación y, por ejemplo, importantes países han prohibido la importación de trofeos de león. Pero la gran amenaza para estos felinos, la que los está arrastrando por la pendiente de la extinción, sigue intacta. "Contrariamente a la creencia popular, la caza de trofeos es un pequeño factor en el destino del león africano, una batalla relativamente pequeña en la gran guerra de los leones", asegura un informe redactado por la Universidad de Oxford y la organización Panthera, especialista en la conservación de grandes felinos. No, los ricachones que decoran sus casas con cabezas de animales no son ni de lejos el problema grave al que se enfrenta el león africano para tener un futuro.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario